miércoles, 4 de julio de 2007

zurdos


Se cumplen hoy 31 años del asesinato de los tres sacerdotes y dos seminaristas de la orden palotina por las fuerzas de tarea de la última dictadura y en Ramble queremos recordarlo. El quíntuple asesinato se realiza con el desarrollo de las tareas de inteligencia sobre las actividades de la Iglesia San Patricio y parte de sus miembros, realizada ya por los grupos de tareas de la Triple A durante el gobierno de Isabelita Perón , estigmatizando al supuesto enemigo con el calificativo de zurdo, el predilecto de aquél grupo paraestatal y que luego retomó la dictadura, calificativo que asignó sentido político a un sinúmero de atentados y asesinatos de opositores. Zurdos fueron los curas Palotinos, como zurdo también había sido Carlos Mugica y de zurdo será estigmatizado exactamente un mes después, el 4 de agosto de 1976, el mártir Angeleli . Esta crónica que Horacio Verbitsky realizara en 2005, relata bien aquél tremendo episodio de violencia política, aún impune.

"A las 7.30 de la mañana del domingo 4 de julio de 1976 el organista de la iglesia de San Patricio, en Palermo, encontró las puertas cerradas. Ante la impaciencia de los feligreses que asistían a la primera misa, forzó una ventana, buscó las llaves, abrió las puertas y fue a despertar a los sacerdotes. Al subir hasta los dormitorios, el espantado músico descubrió a los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly, Pedro Duffau y a los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, uno al lado del otro, boca abajo, acribillados con decenas de disparos en la cabeza y el tórax, producidos por cuatro pistolas Browning o similar y una ametralladora. Alguien había escrito con tiza sobre una puerta: “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Venceremos. Viva la Patria”. Sobre una alfombra se leía: “Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes y son M.S.T.M.”, la sigla con que se identificaba al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Sobre el cadáver de Barbeito había un dibujo de Quino, arrancado de la pared de otra habitación. Mafalda señala el bastón de un policía y dice: “Este es el palito de abollar ideologías”. Setenta y dos horas después del asesinato los monseñores Aramburu y Laghi se reunieron con la Junta Militar. Le entregaron una carta de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal, que nunca dieron a publicidad. Manifestaban su preocupación, pero también decían que por la palabra del ministro del Interior y la presencia en el entierro del ministro de Relaciones Exteriores y Culto y de altos jefes militares sabían que “el gobierno y las Fuerzas Armadas participan de nuestro dolor y, nos atreveríamos a decir, de nuestro estupor”.(SIC) . (La nota completa, se lee aquí).

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